El próximo Domingo 13
de Julio se acaba el mundial. Se acaba la distracción fortuita de la que
disfrutó el gobierno para hacer olvidar las protestas por la inflación, el
desabastecimiento, la inseguridad, los apagones y un largo etcétera. Cuando
amanezca el lunes 14, algunos comentarán el resultado de la final, mientras la
gran mayoría amanecerá haciendo cola frente a algún supermercado para ver qué
consigue o en la morgue retirando el cuerpo de algún familiar. Esa es la vida
en Venezuela actualmente. Mientras los rojos rojitos se sacan los trapos sucios
y la oposición decide cuál es el camino, los venezolanos sufrimos las penurias
de no tener claridad en lo que nos espera, solo sabemos que pasará mucho tiempo
antes que podamos recuperar un nivel de vida decente, sin colas para comprar y
pudiendo ir a la emergencia de cualquier hospital sin ser muerto o herido por
bandas que dirimen sus diferencias entre batas blancas. Nuestro país, que hace 40
años era destino de quienes buscaban un mejor porvenir, ahora es fuente de
talentos que huyen con la esperanza de desarrollarse profesionalmente o solo
ver crecer a sus hijos sin sobresaltos. Qué nos espera a partir de hoy?. Más
inflación, más corrupción, más desabastecimiento, más colas, más inseguridad,
más apagones, solo que ya no contarán con la venia de un espectáculo que es el
circo que complementa el pan que arroja en migajas la revolución a los más
necesitados. Esperamos que los representantes de la alternativa democrática
salgan del letargo donde se encuentran, eviten los autogoles y nos lleven a la
final de esta pesadilla.
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